Paradoja la conciencia

La inflexión pura y natural de valorar la conciencia única e interconectada con la razón. ​

Se debe asimilar con certeza que la conciencia, da un gran sentido a la vida del ser humano. Por tener sentidos y comprensión. ​

Pueda que estas ideas que se han detallado con anterior, de análisis de pensadores, en estos temas, generen reacciones y otras percepciones. No me voy a referenciarme de ninguno de ellos. ​

Profundamente puedo apreciar que la conciencia, le correlaciona únicamente al ser humano. Que piensa, siente e infiere conceptos y opiniones reales, medibles y analizables. ​

Por eso somos conscientes de nuestros actos y debemos responder ante la generación humana de los mismos actos, ósea; nuestro actuar. ​

Jamás podría entender como valida que el universo solo actúa y responde a principios físicos y naturales de su masa y componentes irracionales; es tan solo evolución propia de ese fenómeno, como ya se ha definido las causas de ciclones, huracanes, terremotos y ya lo estudiamos en el colapso del posible Bing Ban. ​

No puede haber inconsistencias, en los XXI siglos en la actualidad y en la generación de vida universal, antes. La conciencia, es pura, racional y entendible, para ese ser humano que ya se comprobó científicamente su evolución, con todas las nociones y medios que se poseen. ​

Es así; que la conciencia es la única que diferencia, hace teorizar, por supuesto nos hace pensar hablar e intercambiar opiniones con sus semejantes y siente personalmente toda la fuerza del medio natural donde convive. Siente cuando lo tratan mal, lo discriminan o abusan de él. ​

Puede ser muy diferente teorizar con un ser humano culto que con inculto, estas diferencias de comportamiento son muy comprensibles y asimilados por un interlocutor imparcial. ​

La ciencia ya hizo su trabajo, al decirnos: las grandes diferencias que hay al percibir los olores, colores, el frio o el calor, el estar motivados o estar desmotivados, ser indiferentes, seres buenos, malos o potencialmente criminales o seres humanos nobles o altruistas. ​

No hay nada diferente al ser humano que tenga conciencia, por ser el único que piensa, siente y lo manifiesta; con expresiones, vocablos o señas. ​

Un objeto inanimado no siente nada, ni mucho menos un objeto material o inmaterial. Al rodar o caer algo del espacio quien puede demostrar o comprobar que siente algo. Un animal cuando lo maltratan, aúlla; por eso no se puede indicar que tiene conciencia, porque siente dolor. Lo único es que tiene unos sentidos desarrollados. Pueden ver y apreciar su vida. Otros no pero tienen movimientos. Pero no pueden manifestarla eso a nadie. ​

No tener conciencia no dice absolutamente nada, es un gran vacío incuestionable. ​

Las neuronas permiten tener la fuerza cerebral, para elucubrar, raciocinar objetivamente, el único capaz de desarrollarlo es el ser humano. ​

Tanto o mucho se nos podre decir de la gran fuerza universal con esos complejos componentes, tan solo llenos de materia, son tan solo fuerzas naturales de ese infinito inconmensurable del cosmos. 

Hay nociones inentendibles del sustrato académico, que nos correlaciona a esa conciencia humana, racional y entendible; en ese sustrato puro racional, orgánico producto de la vida humana. ​

La conciencia no depende de nada ni de nadie, ni se correlaciona consigo mismo, es autónoma e independiente. ​

Esa gran unión de mente cuerpo, solo la infiere el ser, sin ninguna otra inferencia en el sustrato natural. No hay divisiones ni mucho menos subpartes de algo que irreal y tan solo forma parte del imaginario colectivo. ​

Jamás todo tiene y deberá tener conciencia, es tan solo un sustrato de la imaginación empírica, inentendible y vacía. ​

El único ser con conciencia es el humano, que es sensato, equilibrado, ordenado y resolutivo, porque piensa y existe.