Es un gran beneplácito, por poder sentir y anhelar, poder estar remozada, verse más dúctil, mas experimentada, con más sabiduría, exaltada como un ave fénix que vuela y vuela sin descanso, de un lugar a otro sin parar y conocer nuevos destinos.
Que la luz de ese nuevo día le de paz y tranquilidad; además le traigan: resplandor, belleza, esperanza, estética, guía y beneplácito diario.
Que al poder caminar en ese nuevo día le de firmeza, seguridad, optimismo y confianza en sus múltiples gestas de la cotidianidad.
Que la profunda reflexión diaria le permita descubrir las nuevas parodias con el ser humano que en todo momento se suele enfrentar ante lo desconocido y logra fortalecer su intelecto personal y profesional.
Que la meditación profunda diaria le dé plena vitalidad para exhortar a los espíritus buenos y bondadosos que siempre la orienta y la acompañan, mediante una paz interior, llena de gozo, satisfacción y alegría continua.
Que las bendiciones del nuevo día le den tranquilidad en el alma y el corazón para que su espíritu asista voluntariamente a mantener sus pasos firmes para los éxitos y bienaventuranzas de ese nuevo amanecer.
Hoy vive con alegría junto a los suyos, que la quieren, exaltan, adornan, la miman y preparan los mejores manjares que son de su pleno gusto y satisfacción.
Resuenan los canticos, con los mejores coros, que vitalizan ese nuevo día, hasta hacerla pensar sus mejores deseos a apagar la luz que se prende con ese nuevo día, sin jamás dejarla apagar.