EL SÍNDROME DE FALENCIA PASIVA

Cada una de las dolencias humanas siempre terminan en una enfermedad, ese es el nuevo rol, de lastima, por su posición que adopta.

Se mira con ojos corroyentes, por como percibe y recibe la salud. Como un fenómeno complejo y particular en su conjunto y tal como la enfrenta, por sus diferentes dimensiones de su personalidad.

Sus emociones son des uniformes, pensamiento irracional disperso y una onda inflexión espiritual esperanzadora.

Así, esa persona vivirá la experiencia de salud-enfermedad, de manifestaciones dispersas y estas vivencias lo acondicionaran a la nueva simbología, de tales acomodamientos primarios y secundarios.

Sopesando cada una de esas reacciones individuales, los factores endógenos y exógenos en lo cultural y social, contribuye a aceptar tales reacciones, limitando su conciencia a ciertas maneras aceptables.

Asumido en su posición de enfermo, lo hace integralmente, de tal forma que los componentes del ser humano quedan alterados y demandan sus propias necesidades.

Ante esta disyuntiva de la enfermedad, presenta malestar físico, dolor, otros síntomas emocionales, como: ansiedad, miedo, ira, depresión; requiere ayuda espiritual de consideración y no abandono.

Casi siempre las personas enfermas, actúan de manera similar, frente a su estado y son los facultativos médicos que dominan la conducta del paciente.

Esta conducta implica el control de su organismo, de la manera y forma que manifiesta los síntomas, adoptando acciones específicas y hace uso del sistema sanitario.

Es tal el espectro Sico espacial de cada situación en los protocolos de la salud, que es paciente, acepta los retos de vida, enfermo y acetar todas las acciones y circunstancias de su nuevo rol.

Es muda el cuadro vivencial de estar los suyos aceptando ese cuadro que la sociedad y el aparato de la salud ofrece, al ser humano, pasivo y auto comprensivo de estar donde se encuentra y poder estar en casa con los suyos sanamente.

La salud debe tener una condición humanitaria diferente en el medio social sanitario unipersonal, de protocolos y acomodaticio a única condición casi inhumana por creer los facultativos que esa condición es humanitaria.