Dormir bien y comer chocolates con regularidad hacen parte de dichos hábitos.
Realizar varias tareas al mismo tiempo es una conducta bien vista al momento de conseguir trabajo. Muchos estudiantes pasan de largo la noche anterior a un examen para aprovechar cada minuto de estudio. Sin embargo, estas dos simples actividades muy frecuentes en nuestra vida cotidiana atentan contra nuestro rendimiento y concentración.
Según estudios científicos, que han sido replicados en el tiempo por diversos medios, existen diez cuestiones, tanto actividades como cualidades personales, que nos hacen más lucidos y competentes en el día a día.
1. Comer chocolate: Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine reveló que los países con mayor cantidad de premios Nobel son aquellos que consumen más chocolate per cápita. Suiza, que encabeza la lista con 11 kilos por año, se encuentra dentro de los países con más galardones junto con el Reino Unido (10 kilos) y Alemania (ocho kilos). Sus autores asocian este beneficio a los flavanoides, antioxidantes presentes en el alimento que ayudan a superar pruebas cognitivas.
2. Realizar gimnasia mental: El neurólogo y neuropsiquiatra estadounidense, Richard Restak, muestra en su video educativo “Optimizing Brain Fitness” que el cerebro continúa su desarrollo a lo largo de toda la vida y no sólo hasta la adolescencia como se creía en el pasado. Además, asegura que se puede estimular la mente más allá de la edad y mejorar el rendimiento para enfrentar los desafíos cotidianos, resolver problemas y aprender cosas nuevas ya que cuanto más se utiliza la mente, más circuitos de neuronas se usan.
3. Tener más vellos: El psiquiatra estadounidense, Aikarakudy Alias, dirigió una investigación en donde se concluyó que los estudiantes universitarios que tenían más pelos en el pecho eran alumnos sobresalientes a diferencia de los lampiños quienes obtenían bajas notas.
4. No ser multifacético: Hacer muchas cosas al mismo tiempo, una cualidad que los hombres envidian de las mujeres, sería un gran enemigo de la concentración y la
inteligencia. Mientras más cosas se hacen, menor es el rendimiento de cada una y mayor es la distracción, sin poder distinguir qué información es importante y cual no.
5. Dormir bien: Al igual que el alcohol, el insomnio afecta a la eficiencia y rendimiento de nuestro cerebro. La información necesita de unas seis horas para que este órgano la retenga completamente, por eso se recomienda dormir bien antes de un examen. Por su parte, las siestas de sólo 20 a 30 minutos recomponen los circuitos cerebrales, relajan, bajan el estrés y mejoran la motricidad, la creatividad y la memoria.
6. Sufrir trastorno bipolar: Se dice que los trastornos mentales son más frecuente entre los superdotados. Albert Einstein y Jimi Hendrix, por ejemplo, padecían este síndrome, al igual que los escritores Ernest Hemingway y Charles Dickens y la actriz Catherine Zeta-Jones. El causante de esta relación es el gen DARPP-32, que heredan tres cuartas partes de los humanos y que mejoran las capacidades del cerebro para asimilar y procesar la información.
7. Ser excéntrico: Aunque son juzgados por la sociedad, estas personas suelen ser muy creativas. La conducta, que puede provocar un estado de locura, no perjudica a las personas y es una cualidad típica de los académicos. El pintor y científico Leonardo Da Vinci lo era.
8. Ser zurdo: Sólo el 10% de la población mundial es zurda. Durante la Edad Media se creía que estaban poseídos por el demonio. Sin embargo, estudios científicos han demostrado que las personas zurdas poseen un coeficiente intelectual más alto, tienen mejores resultados en las pruebas de capacidad como resolución de problemas porque el cerebro está estructurado de manera diferente por lo que el abanico de posibilidades es más extensa. Además, son más creativos. Alejandro Magno, Leonardo Da Vinci, Marie Curie, Albert Einstein y Bill Gates figuran entre los zurdos famosos del mundo.
9. No ser ateo: Un estudio realizado en 2008 demostró que las personas que crean en Dios tenían un mayor coeficiente intelectual, luego les seguían los ateos y agnósticos, los de creencias liberales y por último los creyentes fundamentalistas. La investigación arrojó que aunque que los países con habitantes menos propensos a creer en Dios presentaban mayores tasas de inteligencia de acuerdo al CI. Sin comprobar ni demostrar, la diferencia lo hizo el Divino Leonardo Da Vinci que promediando su vida se alineo firmemente con Dios el ser Supremo de todo.
10. Ser feliz: Dicen que la felicidad no existe, sino que sentimos momentos de felicidad, pero un estudio realizado en el Reino Unido demostró lo contrario: aquellas personas con menor coeficiente intelectual fueron propensos a ser infelices. La investigación sugirió que son las características asociadas a la inteligencia y no la inteligencia en sí misma la que provoca estados de desesperación