El gran Adalid

Humano como todos los seres sobre la tierra, de cuna humilde, poseído de gran inteligencia, iluminada del más allá, guiado y orientado por el gran Padre. Camino por la vida enseñando, dando ejemplo de humidad suprema, ayudando a todos los necesitados: de alma, cuerpo y espíritu. ​

Se convirtió en una gran imagen, en una gran efigie, en un gran guía, en un gran orientador y por su excelsa figura en sanador humano y espiritual. ​

Fue tal su trasegar por la vida, que se erigió como un gran Héroe, en la historia no hay ninguno que se parezca, se hizo llamar Mesías, nombre de infancia Jesús después Jesucristo. ​

Nunca tuvo servidumbre ni esclavos y lo llamaban Señor. Jamás fue a la escuela ni a la universidad y no tenia títulos, quienes lo seguían lo llamaban Maestro. ​

Amo primero a la humanidad sin nadie lo conociera. Ni él le debe nada a nadie. 

Jamás infligió batalla alguna, porque no tenía ejércitos, ni intenciones de ser emperador ni el señor de los ejércitos; así, domino y conquisto el mundo. Reyes, soberanos, nobles y plebeyos le temían. ​

Sin cometer delito alguno, fue juzgado como si fuera un delincuente atroz, sentenciado por los tribunales romanos, crucificado, muerto y sepultado. ​

Dicen las grandes y sagradas escrituras que fue enterrado en un tumba y custodiado por soldados del ejército romano y al tercer día no lo encontraron, porque había resucitado. ​

Hoy en día vive en el corazón de todos los humanos, que creen en él y es el gran espíritu humano en vida.